lunes, 19 de mayo de 2008

La Guerra De Arauco: Siglos XVII Y XVIII.

El ejército de encomenderos terminó con una gran derrota española en Curalaba (1598). Junto con la muerte del gobernador Martín García Oñez de Loyola y su hueste, también ocurrió la destrucción de las ciudades al Sur del Biobío, como La Imperial, Valdivia, Angol y otras.
DINÁMICA DE LA GUERRA DE ARAUCO.
A) Guerra Ofensiva, Frontera y Ejército Permanente: Correspondió al gobernador Alonso de Ribera, a principios del S. XVII, defender la línea de Frontera en el Biobío. Para ello el gobernador ideó una estrategia que consistía en la construcción de numerosos fuertes en dicha línea, quedando claro que se avanzaría en el caso de que las reducciones cercanas fuesen sometidas. Alonso de Ribera junto con esta estrategia pidió la creación de un ejército profesional permanente, en reemplazo del ejército vecinal de escasa disciplina y táctica militar. Dicho ejército fue financiado desde el virreinato del Perú con el envío del Real Situado, aporte consistente en dinero y especies. El Real Situado dinamizó la empobrecida economía colonial, al permitir crear en Chile un mercado consumidor de productos agrícolas y de manufacturas que antes no existía. Esto activó la producción en Chile, especialmente a fines del siglo cuando se regularizó la llegada de dinero. Por otra parte, el ejército permitió a los agricultores dedicarse por entero a su actividad, puesto que ahora no tendrían que ir a la guerra, lo que redundó en mayor incremento de bienes de producción en el mercado. En el S. XVIII, el Situado comenzó a llegar ocasionalmente.
B) Guerra Defensiva: En 1608 Felipe III dictó una cédula real que permitió la esclavitud de los indígenas de guerra haciendo caso de la necesidad de mano de obra que reclamaban los españoles. Esto se tradujo en incursiones de españoles en territorio araucano provocando el consiguiente abuso y maltrato hacia los naturales. Frente a esta realidad, el sacerdote Luis de Valdivia luchó y consiguió que se aprobara la denominada Guerra Defensiva, que consistía en suspender toda incursión tras la línea del Bio bío dejando para los sacerdotes la labor de evangelización persuasiva; el plan comprendía la supresión del servicio personal en las encomiendas. Este sistema que legalmente tuvo vigencia entre 1612 y 1624, fue impracticable por diversas razones, especialmente por la incomprensión de los indígenas y la necesidad de mano de obra argumentada por los españoles. Diversas razones, entre ellas la muerte de tres jesuitas, hizo fracasar la guerra defensiva; se volvió a las incursiones violentas y además la esclavitud se siguió practicando hasta la segunda mitad del siglo XVII.
C) Guerra Lucrativa y Sistema de Parlamentos: La necesidad de proveer de mano de obra indígena para trabajar en la región central, determinó la búsqueda de prisioneros en la Araucanía. Amparados en la real cédula de 1608, destacamentos españoles comenzaron a internarse en tierras aborígenes para hacer esclavos a los naturales que presentasen resistencia. También se abusó capturando a indígenas que estaban en paz, incluyendo a veces a mujeres y niños. Estas capturas se transformaron en un gran incentivo económico lucrativo que dinamizó las campeadas del ejército. La crueldad de estos procedimientos solía desatar la venganza de los araucanos transformando la lucha en algo interminable. Uno de los momentos más graves de la Guerra de Arauco se vivió en 1655 cuando el gobernador Antonio de Acuña y Cabrera, símbolo de los gobernantes decadentes del siglo XVII, permitió una verdadera cacería de indígenas con el pretexto de castigar algunas reducciones, siendo el verdadero propósito lucrar con los naturales cautivos vendiéndolos como esclavos.
Estos excesos llegaron a tales extremos que estalló una formidable rebelión indígena que se extendió hasta el río Maule, asolando un vasto territorio que parecía definitivamente pacificado. Frente a esto, un cabildo abierto de Concepción depuso al gobernador y aunque por razones políticas fue repuesto por la Audiencia, finalmente terminó siendo alejado de su cargo, lo que es expresión del ejercicio de la soberanía social considerada como un derecho natural por los españoles. La Corona, considerando que la esclavitud indígena no solucionaba las rebeliones, y debido a que un nuevo tipo de mano de obra (mestiza) se incorporó al trabajo en reemplazo de la mano de obra aborigen, decide poner término definitivo a la esclavitud de los naturales en Chile a través de una real cédula en 1683. En la línea de frontera también se dio un fuerte intercambio comercial entre indígenas y españoles. Era común encontrar en este comercio fronterizo productos como vino, aguardiente, géneros, baratijas, alimentos, ponchos y animales. Ese contacto condujo, obviamente, al aumento de la mezcla racial. La actividad comercial, el mestizaje, y la incipiente evangelización en la frontera, constituyeron aspectos importantes en el precario entendimiento y la paulatina comprensión de ambas culturas. Es en este sentido que hay que entender el surgimiento de los Parlamentos. Esta innovación en la Guerra de Arauco fue establecida por algunos gobernadores con el propósito de acordar condiciones de paz con los caciques. El primer parlamento fue celebrado por el gobernador Francisco López de Zúñiga, marqués de Baides, en Quillín en 1641. En estas reuniones se hacían largos discursos, se estipulaban las paces y luego, tras un intercambio de regalos, todos fraternizaban en grandes festejos. La institución de los parlamentos dio cuenta de un relativo apaciguamiento en la frontera que fue perceptible a partir de las últimas décadas del siglo XVII y durante el siglo XVIII. En el transcurso del último siglo colonial la intensidad de la Guerra de Arauco disminuyó notoriamente. Influyó en ello el espíritu ilustrado de los borbones, más cercano a la economía que a la guerra, el reemplazo de la mano de obra indígena por los mestizos que se ocupaban de la labor agrícola en calidad de inquilinos, la llegada del contingente vasco con mentalidad práctica y racionalista, y otros factores de modo tal que los dos intentos de alzamiento uno en 1723 y otro en 1776 no tuvieron mayor significación. El último Parlamento importante fue el de Negrete convocado en 1793 por Ambrosio O'Higgins. El siglo XVIII llevó al asentamiento definitivo del español en el valle central desde Copiapó hasta el Biobío, debido al auge triguero. Aquí se ocupó preferentemente la numerosa mano de obra mestiza en reemplazo de la disminuida población aborigen. Y en lugar de las incursiones armadas contra los indígenas adquieren importancia las misiones establecidas por franciscanos y jesuitas.

1 comentario:

Keithy__* dijo...

Hola encontre este blog y me fue de mucha ayuda con el tema de la guerra de arauco, muchas gracias